sábado, 24 de noviembre de 2012

Materiales textiles para vestimentas antiguas

A la hora de confeccionar ropa de época tenemos que plantearnos qué es lo que buscamos y qué presupuesto y de cuánto tiempo disponemos. Como ya comentaba, yo soy la primera en haber utilizado brocado de poliéster o antelina para la ropa que hemos llevado al Drachenfest. Si buscamos una determinada estética, muchas veces nos basta con "aparentar", con que "parezca de época", aunque no lo sea. A menudo nos encontramos con que nos interesa más plegar a utilizar tejidos mezclados porque queremos un tipo de estampado o un color especial y no lo encontramos en un tejido natural. Tenemos que tener en cuenta, además, que los tejidos naturales, por mucho que digan que son orgánicos, ecológicos y lo de más allá, llevan procesos de elaboración muy diferentes a los que se utilizaban en épocas pasadas (lógicamente, a más pasadas, más diferente... vaya usted a saber qué apariencia tuvieron en origen los primeros tejidos de algodón o de seda) y las calidades han variado mucho, de manera que apenas podemos aproximarnos a lo que se tejía en tiempos antiguos.

Si queremos ser más rigurosos y el tiempo y el presupuesto nos lo permiten, en cualquier caso, debemos prescindir de tejidos anacrónicos. ¿Qué tipo de tejidos naturales podemos utilizar? Realmente bien pocos.

Desde la Antigüedad a la Revolución Industrial...
Es muy habitual escoger el algodón como tela adecuada. Efectivamente, es un tejido natural y tiene unos cuantos miles de años de Historia encima. Sin embargo, aunque se utilizaba en tiempos pasados, ni por asomo gozaba de la popularidad que observamos actualmente. Durante muchos siglos el lino, la lana y la seda han tenido un uso muy superior. El algodón tiene un fuerte despegue a partir de la Revolución Industrial, puesto que es en este momento cuando se desarrolla la maquinaria para desfibrar la semilla del algodón. Esta maquinaria acelera el proceso y abarata los costes de producción, de tal manera que deja en segundo plano a la lana y al lino.

Podemos utilizar, por tanto, tejidos de algodón para la confección de ropas de época, aunque tenemos que tener en cuenta que el empleo de esta fibra no era muy elevado hasta la Revolución Industrial. Por lo demás... las características del algodón la convierten una fibra muy interesante para la confección: es cálida o fresca según el grosor del tejido, tiene buena conductividad eléctrica y es muy confortable, por no hablar de que para coser es una tela muy agradable. Se tiñe bien y se lava muy bien, pudiendo lavar y plancharla a muy altas temperaturas. Hay que tener cuidado, eso sí, porque si la guardamos húmeda es muy fácil que aparezcan hongos. Esto puede parecer una completa tontería pero a más de uno no se lo termina de parecer cuando mete la ropa en la mochila después de un rol o una recreación en la que ha llovido o hecho mucho calor y luego vienen las sopresas :S. Son además muy difíciles de eliminar.

Por otra parte, resulta muy sencillo encontrar buenas telas de algodón en cualquier tienda de tejidos, aunque tenemos que tener cuidado de no escoger mezclas, porque muy a menudo viene mezclado con poliéster. Esta mezcla principalmente tiene lugar por dos motivos: para abaratar costes y para reducir la arrugabilidad del tejido, siendo éste un inconveniente bastante desagradable a la hora de confeccionar con esta fibra. En cualquier caso, recordad que todo es muy bonito recién planchado, pero la vida real era mucho más dura y, aunque se desarrollaron varios modelos de planchas en la antigüedad, hasta finales del XIX no existió una plancha realmente efectiva, más aún para apañar las arrugas del algodón.

El lino es pues el tejido más versátil. Los puntos a favor son similares a los del algodón: confortabilidad, fácil de coser, lavar y planchar, buena conductividad eléctrica, etc. Es más fresco que el algodón y menos adecuado para prendas de abrigo, aunque no hay mal que la superposición de prendas no termine por arreglar. También se trata de un tejido muy arrugable, más aún que el algodón. Las fibras son desiguales y esto crea una imagen rústica que, sumada al brillo de la fibra y al cuerpo que adquiere cuando se arruga, hacen que tenga una muy bonita apariencia. Por otra parte, en los últimos tiempos ha quedado muy relegada por otros tipos de tejido, por lo que resulta bastante complicado encontrar buen lino y que se adecue a la prenda que queremos confeccionar en cuanto a color, estampados... etc. El lino, al igual que sucede con el algodón, puede ser de muy diferentes categorías, pero en general el precio del lino suele ser bastante superior. Es muy posible que se hayan utilizado otras fibras procedentes del tallo de plantas de calidad similar a la del lino, como el cáñamo, por lo que no estaría fuera de lugar que utilicemos tela de cáñamo para confeccionar un traje medieval o renacentista, pero debemos tener en cuenta que, al igual que sucede con el algodón, sería una utilización reducida al lado de lo que se utilizó el lino. El cáñamo de mejor calidad se asemeja al lino de peor calidad, sin embargo, es una fibra muy resistente y por ese motivo sí tuvo mayor uso en cordelería y tejidos navales.

La lana se ha utilizado también desde tiempos inmemoriales, pero debemos considerar que, al igual que sucede en los tejidos anteriormente nombrados, los procesos de producción son muy diferentes a lo que tuvieron lugar antiguamente. La lana tiene diferentes calidades dependiendo de la raza de la oveja (las merino son las de calidad más apreciada, por su sedosidad y porque es la única especie que no tiene unas fibras gruesas y rígidas llamadas kemp) y de la parte del cuerpo que se haya extraído, además de la edad del animal (así, la lana de cordero merino se considera la mejor). Encontramos también lanas de pelo de otros animales, como alpacas, etc que tienen diferentes calidades. En general, debemos considerar que no es muy coherente utilizar lana de alpaca para algo medieval, aunque sí podríamos plantearnos el uso de cashmere o angora que pudieron llegar gracias al comercio con Oriente a partir del siglo XII. En cualquier caso, sería algo muy exclusivo y con poco uso.

La seda ha sido durante muchos siglos el tejido más apreciado, hasta el punto de que buena parte de las fibras sintéticas (así como el algodón mercerizado) se han desarrollado con la intención de imitar la calidad de la seda. No debemos utilizarla en Occidente en periodos anteriores al XII, cuando empieza a fortalecerse el comercio con Oriente. La seda es un tejido muy codiciado y exclusivo, de manera que sólo podemos utilizarla para retratar a clases privilegiadas. También en diferentes calidades según si procede de gusanos de cría o en libertad (la seda salvaje o tussah) o si procede de capullos seleccionados (la joyante es la más exclusiva), o incluso si procede de restos de seda o de capullos de gusano abiertos (de muy inferior calidad, puesto que las fibras son más cortas). No es fácil encontrar sedas adecuadas a precios razonables, pero merece la pena invertir en un buen tejido de seda por su calidad.


A partir de la Revolución Industrial...

Como hemos visto, el algodón goza de una enorme popularidad gracias a su abaratamiento de coste. La seda sigue siendo el tejido más apreciado por las clases pudientes pero el lino y la lana sufren un importante receso que tendremos que considerar si queremos hacernos un traje decimonónico.


Principios de siglo XX

El mayor cambio es la creación de las primeras fibras sintéticas con objeto de satisfacer una demanda cada vez más fuerte de tejidos. Como comentamos, la búsqueda de un tejido de calidad similar a la seda es el principal detonante. Se buscaba abaratar el coste de este material, pero también asegurar una producción incesante de algo similar a la seda, puesto que a veces la demanda era muy elevada (recordemos que se habían mejorado enormemente las técnicas de hilado y confección gracias a la introducción de maquinaria de vapor) y muchas veces no había producción suficiente. A fin de cuentas, la seda depende de la producción del propio gusano. El rayón aparece por primera vez en la exposición universal de París de 1889 y, a partir de ahí, hay un fuerte desarrollo de lo que en inicio se conoce como "seda de Bamberg" o "seda artificial". En los años 20 adopta ya el nombre de rayón y el de viscosa (después de varias demandas de los profesionales de la seda, que no estaban muy satisfechos con la competencia del producto...). El rayón viscosa es, por tanto, un material muy adecuado para la confección de prendas de periodos comprendidos entre finales del XIX y principios del XX. Hay que tener en cuenta que hay una tipología muy variada de tejidos rayón, procedentes de la sintetización de celulosa y unas son posteriores a otras, por lo que podrían no servirnos. La viscosa fue la primera en aparecer, el acetato sigue pocos años después, pero el modal y los rayones de alta tenacidad no surgen hasta mediados de siglo. El lyocell es una fibra muy actual, cuya principal diferencia reside en su elaboración, supuestamente más ecológica.

Mediados del siglo XX

A mediados de siglo, en las décadas de los años 30 y 40 principalmente, empiezan a desarrollarse las primeras fibras sintéticas, en gran medida propiciadas por la economía de guerra y por la búsqueda de tejidos resistentes y de fácil producción. Las poliamidas empiezan a desarrollarse a finales de los 30, cuando Dupont patenta el nylon (poliamida 6.6), a partir de ahí, os hacéis cargo, van creándose diferentes variedades de fibras sintéticas, con el principal protagonismo de poliamidas y poliésteres. Las microfibras no surgen hasta los años 70 y prácticamente no se popularizan hasta los 90, pero mucho me temo que ya a estas alturas no estamos hablando de "recrear", sino de hacer moda retro, así que digo yo que el tema se nos escapa.

Y dicho esto, hasta aquí el tema de fibras. Otro día nos leemos

martes, 20 de noviembre de 2012

Vestir en tiempos pasados

Quienes conocéis también mi otro blog, quizá recordéis haber leído esta entrada hace unos meses. No es que ande falta de ideas para escribir, es que me gustaría tener esto a mano porque luego me gustaría añadir otras entradas sobre el uso de patrones actuales o de materiales sintéticos o artificiales a la hora de confeccionar trajes recreacionistas, y me parece que quedarán un poco cojas si no ponemos también ésta. Así que ahí va con algunas modificaciones (he eliminado lo que no viene al caso):

Hay quien afirma que un rol en vivo, una batalla o una recreación son en esencia lo mismo, porque consiste en introducirte en la piel de un personaje. Aunque en este sentido no le falta razón, es cierto que en el rol en vivo o en una batalla se pueden tomar licencias que no deberían tomarse en la recreación y sin embargo, también se llevan a cabo. La diferencia es que quien juega a rol en vivo habitualmente tiene muy claro que lo que está llevando no tiene por qué adecuarse con exactitud a la época que trata. También es verdad que rara vez se ve un rol en vivo de temática completamente historicista. Normalmente la ambientación, aunque sea "de época", tiene bastante de "fantasía". Jugamos en ambientaciones medievales-fantásticas, steam-punk y lo de más allá, de manera que las licencias quedan completamente justificadas. Alguna cosa circula por ahí de temática más "historicista", pero en todo momento se toman licencias y tampoco es especialmente mal visto el jugador que lleva una prenda de vestir que no se llevaba en este periodo (el clásico "no, es que yo tenía esta capa por casa, que no es nada medieval pero que me va a dar calorcito y no pienso prescindir de ella") o que directamente no se ha llevado en ningún periodo.
Sin embargo, se tiende a intentar ser purista cuando se va a una recreación. Sin embargo, por mucho  pretendamos acercarnos y recrear una época, siempre vamos a cojear de muchas partes. En primer lugar, nuestra adaptación al periodo va a depender de lo que queramos o no gastar o de lo que sea accesible para nosotros. Muchas veces nos tenemos que adecuar simplemente a lo que está en nuestra mano conseguir. Se nos puede acusar de no usar botones propios de tal o cual época, pero siempre nos adaptamos a lo que nos podemos permitir, nos resulta cómodo comprar o sencillamente estético poner y en este sentido podemos variar si nuestro presupuesto y nuestro tiempo para obtener el material es mayor o si se nos requiere expresamente que no tenga nada contemporáneo, pero a fin de cuentas, siempre vamos a terminar cosiendo nuestra ropa a máquina (o incluso hay mucho purista que compra prendas a empresas que confeccionan a modo industrial), compraremos telas fabricadas con métodos actuales (por muy orgánicas que prometan ser) y, maldita sea, seguiremos llevando debajo ropa interior actual, por no hablar de que iremos considerablemente más aseados (o eso espero) de lo que se estilaba en tal o cual época.

Hay fallos más que comunes en nuestra adaptación a épocas pasadas, principalmente porque por mucho que intentemos emular lo que nos parece y lo hagamos con mejor o peor tiento (siempre se acercará más al estilo de la época el que haya echado un ojo a libros especializados que el que quiera hacerse el traje que sale en tal película), siempre va a haber un problema de adaptación a la mentalidad de la época. Nunca nos vamos a vestir como alguien del siglo XIII porque no podemos meternos en la cabeza de ese alguien del XIII.

En primer lugar, es muy habitual pensar eso de "me voy a hacer un traje de principios del XIII". Bonito, sin lugar a dudas, pero poco realista. Si ahora la moda cambia anualmente, antaño una prenda de vestir era algo que costaba mucho más tiempo elaborar, costaba más dinero y tenía un valor diferente al que tienen para nosotros ahora las camisetas de estrafalarius que compramos hoy y tiramos cuando se deforman en tres meses. La ropa en el medievo (y hasta fechas sorprendentemente recientes), se conservaba, se reutilizaba y hasta se legaba en herencia. La ropa se utilizaba incluso como moneda de cambio y como garantía en los más que abundantes préstamos cotidianos que se llevaban a cabo en la Edad Media. Así, los testamentos refieren habitualmente cómo el testador solicita que se pague tal cantidad a tal o cual persona y que ésta devuelva a cambio "mi camisa", "mi falda", "mi capa". Los listados son tan impresionantes que hasta recuerdo el de un escudero del cual me planteé si se paseaba en gallumbos por la calle, porque había empeñado una cantidad de ropa, armas y piezas de armadura como para caerse de espaldas (y más considerando que luego refiere el resto de ropa que le queda y no es mucha), aunque no debiéramos soprendernos. No recuerdo cuál fue el rey de Aragón cuya coronación trajo serios quebraderos de cabeza a sus asistentes, puesto que tuvieron que recuperar todas las piezas de la corona que estaban empeñadas y no sabían ni dónde.

Volviendo a las vestimentas, al valor de lo material y a cómo no podemos comprenderlo, por pudiente que fuera la persona, la cantidad de posesiones personales era demencialmente reducida, no hay más que mirar un inventario de bienes (y los hay muy detallados) para verificar que la gente tenía escasísimos bienes materiales. Los pertenecientes a las clases más privilegiadas refieren listados muebles, ropas de cama, prendas de vestir (pocas), algunas joyas, escasos objetos de valor cultural (algún libro, rara vez). En general apenas refieren los muebles más básicos (una cama, un armario, una silla tal vez) y escasas prendas de ropa especificada con toda suerte de detalles. Estas prendas eran legadas a los descendientes con especificaciones tales como "a mi hija le doy mi falda vieja". Con un par y eso si se podía recuperar del usurero. La falda vieja para la hija ¿por qué no? es una prenda ¿no? sin lugar a dudas la hija la llevó el tiempo que pudo y posiblemente luego la dejó en herencia especificando "y dejo la falda vieja que me legó mi madre".

Teniendo estas cuestiones en cuenta... si en una recreación llevamos un traje impoluto y procedente de una época concreta, sólo podemos ser el hijo de algún duque invitado a la boda real, poco menos, lo cual resulta muy divertido cuando quien lleva estas prendas va vestido de campesino, soldado o mercader. La ropa se llevaría vieja, sucia (no invertían tanto tiempo en higiene, de todos es sabido, y cualquier día de estos podríamos tratar también el tema de "¿a qué huele la Edad Media?") y remendada, además de adaptada al usuario, que bien podía llevar una saya hecha a su medida y sobre ella, un tabardo confeccionado cincuenta años antes, que fue propiedad de su abuelo, el cual tenía los hombros muy anchos. Si queremos ser fieles, por tanto, deberíamos llevar ropas combinadas como buenamente el Altísimo nos dé a entender, que no sean especialmente de nuestra talla, que estén remendadas y arregladas cien veces y que tiendan a estar bastante viejas. ¿No nos gusta ir así? Nos ha fastidiado. Las primeras prendas de ropa que confeccioné fueron para una obra de teatro en la Universidad. El director de la obra dijo que eran muy bonitas, que eran muy adecuadas para la obra ("Divinas Palabras", tenía que ser ropa de aldeanos), pero que con una ropa tan limpia, planchada y conjuntada parecía aquello un Belén y que tuviera a bien ponerme un par de trapos sucios encima de las vestimentas. Razón no le faltaba al hombre.

Abreviando: tendemos a pensar en tiempos pasados de una manera tremendamente dulcificada. No nos paramos a pensar en lo mal que olían, en lo mal que vestían, en la manera en que combinaban sus colores y en el "pequeño" detalle de que el gusto estético ha cambiado enormemente y que combinación de colores que antaño se consideraban de muy buen gusto a día de hoy nos parecen aberrantes. Así, a finales de la Edad Media se consideraba la mar de elegante llevar combinaciones tales como rojo con naranja y similares.

Con esto no diré que tenga la menor intención de envejecer la ropa que voy a llevar en lo sucesivo, ni de hacerle unos cuantos agujeros y coserlos a mano. Sencillamente digo que, si nos ponemos tiquis-miquis, no creo que se salve mucha gente en cuanto a purismo. Y esa gente que viste tan adecuadamente, tiene que oler bastante mal.

Estas reflexiones vinieron a cuento de la confección de prendas para el Drachen que os he mostrado recientemente. Como somos un tanto frikazos, desde luego, la idea es que nuestras ropas sean lo más adecuadas a lo que habrían llevado los tercios en Flandes pero, teniendo en cuenta, para empezar, que ni siquiera creo que hubiera una miserable "tercia" por ahí suelta, partimos desde la humildad de saber que adaptamos las cosas en la medida que nos parece y no es lo mismo hacer ropa para una obra de teatro que para una recreación y hay que valorar lo que nos interesa en cada prenda. Cuando vamos a un rol en vivo como es el Drachen, vamos con intención de jugar y pasárnoslo bien, no para ir de punta en blanco clavando el vestuario de la época, porque siempre vamos a estar muy lejos de adaptarlo plenamente. Si hay que poner aquí una cremallera porque va a quedar mejor que sin ponerla, pues se pone (vale, confieso, yo no pongo ni una cremallera ni media, porque me dan cuatro escalofríos de verlas en ropa antigua, cada cual tiene sus manías... pero coso habitualmente con hilos de poliéster y no se me caen los anillos por ello. Estoy por empezar a comprar más de algodón pero, si somos puristas, deberíamos utilizar directamente de lino o de seda y ahí entramos en un territorio pantanoso en el que se nos van a disparar los precios, no vamos a conseguir una variedad de colores comparable a la del hilo de algodón y el de poliéster y para colmo de males, quizá no nos termine de convencer el acabado) si queremos comprar esta tela porque queda chula aunque lleve mezcla de poliéster, no nos vamos a parar mucho a pensar que no existía en este periodo porque no encontramos una tan bonita en lino o en seda y da el pego bastante bien. La cuera que le hice a Rober el año pasado era de antelina forrada. Obviamente no era válida para combatir y no era una cuera de verdad, pero quedaba bien en las fotos (y él se puso el gambesón debajo para que le sirviera igualmente... aunque de haberlo sabido, se la habría hecho más grande, claro).

Concluyo resumiendo que podemos ser lo más fieles posible. Podemos utilizar únicamente patronaje antiguo, telas que se usaban en el periodo que queremos retratar, hilos, botones y lo de más allá, pero siempre, absolutamente siempre, vamos a cojear por algún lado. El motivo es que sencillamente no nos interesa vestir clavando el siglo XIV, ni el XVIII. Siempre vamos a querer ir cómodos y aseados y, compañeros, todo no se puede en esta vida.

domingo, 18 de noviembre de 2012

En próximas entregas...

Con la entrada anterior termino, en principio, con las entradas de "ropitas pasadas". Tengo muchas cosas sin fotografiar, algunas ya un poco estropeadas y pendientes de restauración o jubilación. Tampoco tengo registro fotográfico de todo lo que he hecho y menos aún de lo que no he hecho para mí, así que no descarto subir alguna cosilla antigua si consigo fotografías decentes. En cualquier caso, a partir de ahora, utilizaré el blog a modo de diario personal de costura, para ir subiendo lo que voy haciendo o bien entradas sobre moda, historia de la moda, recreacionismo, cosplay y toda suerte de temas relacionados.

Lo cierto es que a día de hoy, aunque estoy cosiendo mucho, tengo poco para subir, porque lo que estoy haciendo es para otras personas y prefiero no subir fotos hasta que utilicen los trajes para el evento que me han encargado. En cualquier caso, en breves me pondré con lo de Nochevieja y con un par de encargos que tengo de Joel Gûre y de eso sí iré subiendo cositas.

Por otra parte, he visto que mucha gente asoma por aquí buscando patrones para hacer túnicas de mago, de griego y lo de más allá y obviamente me temo que no encuentran lo que buscan. En adelante iré subiendo también patrones sencillos para la vida práctica que hoygan, si a alguien le vienen bien, yo encantada. A fin de cuentas, todos hemos empezado por el principio y hemos pasado horas tontas buscando patrones o información por internet.

Un saludo!

viernes, 16 de noviembre de 2012

Drachenfest: Tercia de día, señorita de noche

Con éste terminan mis entradas sobre los últimos Drachen (o eso creo, jajaja), en espera de ir adelantando lo que vamos a llevar para la próxima edición.

En el post anterior os comentaba lo que llevé como tercia y, aunque prácticamente todo el día íbamos en camisa y pantalón por lo que pudiera acontecer, un par de noches, la última y la de la supuesta fiesta de máscaras, nos arreglamos un poco.

No tenía más que una falda que podía servirme para el evento, y tenía muchas ganas de hacer un corset porque, hasta la fecha, no me había hecho ninguno. Siempre digo que me gustaría coser cosas variaditas a modo de "fondo de armario", pero siempre estoy cosiendo para el próximo evento, para tal o para cual, así que, como no había tenido por qué coserme un corset, no me lo había hecho. Aprovechando que nos dijeron que un día habría fiesta de máscaras, aproveché para estrenarme.

Como la idea era utilizar la prenda en un rol en vivo, utilicé rigilene, ballenas de poliéster, 100% anacrónicas pero hoygan, la mar de útiles cuando no sabes si te van a secuestrar los orcos en plena noche. Por lo demás, confeccioné el patrón según se acostumbraba en los siglos XVI-XVII. Realmente no son los corsets que estilizan y hacen un cuerpo "bonito", sino que hacen un cuerpo raruno tipo barrilete: no marcan la cintura y encima aplastan el pecho. Lo suben, sí, pero lo aplastan, pero la idea era adaptarlo para la época y es lo que hay. Los corsets "que molan" se hacen a partir de patrones del siglo XIX o incluso por transformaciones actuales de cuerpos base.

Por otra parte, encontrar brocados de algo que no sea poliéster es harto complicado, por no hablar de caro y más aún si pretendes comprarlos desde Donosti. Al final compré un brocado de tapicería en poliéster a través de la web www.telas.es, que os recomiendo porque funcionan de maravilla, tienen mucho material y a precios bastante razonables.


 Corset ya terminado, a falta de agujerearlo para ponerle las cintas

Finalmente, mi falda no pegaba ni con cola con la tela del corset, así que compré otro brocado, este sí, en Donosti, bastante chulo. La idea fue hacer una falda de media capa. El problema fue que el dibujo de la falda no hacía viable esta idea, así que corté la tela como si fuera una falda de media capa, pero tuve que añadir unos triángulos en la base. Al final me quedé bastante contenta porque los triangulillos no son muy grandes y los coloqué siguiendo el dibujo del brocado. Entre eso y el vuelo de la falda, lo cierto es que quedan completamente disimulados.


 En la primera imagen, el corset casi terminado (sin terminar de coser, como veis por los alfileres, mi pobre máquina se reveló contra los hechos y me costó bastante coserlo... la pobre acabó en la UVI, pero ya está como nueva). Debajo, la tela que había comprado para la falda y encima, la máscara que me hizo Joel Gûre para el Makimura (como podéis ver unas cuantas entradas más abajo), que me iba que ni elegida adrede con la combinación de colores que había elegido para el traje. En la foto de al lado, me veis ya con el traje completo terminado haciendo la "foto tuenti". Una está sola en casa y hace sus probatinas ¿qué pasa? Conste que me he comprado un maniquí, la Gertru, y va a ser la que va a testear próximos modelitos, jajaja.


 Finalmente, en pleno Drachen. Sí, lo que veis es un imperdible, soy lo más peor... pero no pude ajustarlo decentemente porque no conseguí pillar a alguien por casa en el momento adecuado y es muy complicado ver cuál es la altura adecuada para coser el tirante sin tener el corset puesto... De todas formas, finalmente (y sí, ya a la vuelta) le puse unos cordoncillos para ajustarlo al gusto y no tener que andar haciendo el pata con imperdibles...

Espero que os haya gustado, un saludillo y nos vemos pronto.



martes, 13 de noviembre de 2012

Drachenfest 2012: Pertrechando a los Tercios

Tal y como dije en el anterior post sobre el Drachen, este año he tenido más tiempo para preparar ropita (¡por fin!), además, después de haber hecho los cursos de confección en AEG, digamos que lo tuve mucho más fácil.

Este año yo misma fui al Drachen y, a diferencia de Yazston, yo no tenía casi nada de ropa útil, así que me tuve que hacer de todo, además, confeccioné dos pantalones y una camisa para Rober y ayudé a Eneko para que pudiera hacerse diversas prendas.

Cinco días son cinco días y, en primer lugar hicieron falta unas cuantas camisas. Como no tenía ninguna mía que pudiera servir, hice varias con cuellos sencillos, acordonadas, con mayor o menor amplitud en las mangas, así me servirían tanto para este evento como para cualquier otro con otra ambientación entre la Baja Edad Media y el XVII. Aparte, también me hice una con cuello a la valona. La verdad es que estos cuellos quedan estupendos cuando se colocan por encima del jubón, cuera o lo que sea que uno lleve puesto. El año que viene seguro que vuelve a caer más de una.

Si el año pasado elegimos lino para hacer la camisa de Rober, este año compramos una cantidad ingente de lienzo vía Rhiwen, para poder hacer mis camisas, las de Eneko y la que le hice a Rober. El motivo principal fue ahorrarnos unos euretes. Aquí en Donosti es inviable encontrar lino por debajo de 17 euros, mientras que el lienzo que compramos en Tejidos del Centro salió por tres euros el metro. Como necesitábamos una buena cantidad de camisas, no nos paramos a pensar en calidades y resultados. No diré que el lienzo no sea una buena opción para ropa de este periodo. Es igualmente un tejido natural, tiene mucho cuerpo y un resultado bastante vistoso (aparte de que se cose estupendamente bien, pero eso también sucede con el lino). Sin embargo, la apariencia del lienzo es muchísimo más rústica que la del lino, que queda mucho más elegante. Sin lugar a dudas, seguiré dando buen uso a estas camisas porque me gusta mucho cómo quedaron, pero creo que el año que viene me haré sólo una o dos y lo mismo para Rober, y compraré únicamente lino.

Tropollón de camisas para el Drachen. Lo dicho... mangas abullonadas, mangas menos abullonadas, mangas con puños, mangas ajustadas con lazos, cuellos sencillos, cuellos valona... un poco de todo por eso de practicar y porque bueno... ya que todas tenían la misma tela, que por lo menos variara el modelo ¿no? si no, menudo aburrimiento.


  Yazston, muy animado después de alguna batalla (a juzgar por la sudorina que nos lleva el pobre hombre, menudo calor pasamos en las Alemanias, compañeros... muy fuerte). Aquí lo tenéis con una camisa con cuello sencillo acordonado y mangas abullonadas únicamente en los puños, ajustados con cordones. 


 Aquí una servidora, con cara de "no me puedo creer que haga tanto calor en estas tierras", acompañada de Rhiwen. Como veis, llevo una camisa con el cuello a la valona y mangas muy abullonadas. Éstas quedan divinas de la muerte con la cuera encima o un jubón, porque las mangas se dejan ver con las mangas desmontables de la cuera y el cuello también se coloca por encima, dejando la prenda mucho más vestida. 
 


 Además de camisas, hacía falta terminar el atuendo con unos buenos pantalones, para los cuales utilicé un patrón sencillísimo en varios modelos, con distintos tipos de cintura y haciéndolos más bombacho y menos, con el tiro más o menos largo. Aunque resulta más cómodo trabajar con este patrón que con buen patrón de pantalón bombacho (o incluso de falda pantalón con pliegues), resultó que al hacerlos así, aunque quedaban bien, sufrían bastante del tiro, por lo que se rompieron todos excepto los míos (!!!) y unos que le hice a Yazston con el tiro reforzado. Cabe decir que buena parte del personal sufrió igualmente de pantalones rotos, así que en general supongo que hay que reforzar bien el tiro porque, a fin de cuentas, llevar un tiro bajo en unos pantalones no excesivamente amplios cuando estás haciendo determinadas posturas con la alabarda y tal... derivan en pantalones rotos. El año que viene, todo reforzado ;). Sobre estas líneas tenéis a Rober con la camisa de lino que le hice en 2011 y los pantalones de tiro reforzado. Aunque, como veis, son bastante ajustados de arriba, al final le dieron muy buen resultado. Junto a él tenéis a Lelldorian posando con los productos que venden en la tienda de Efeyl.

Por último, todo buen guerrero necesita armadura. Como explicaba en el post sobre 2011, la cuera que le hice a Yazston quedaba aparente pero no servía como armadura porque no era de cuero auténtico. Este año Eneko y yo compramos serraje para hacer nuestras primeras prendas de piel natural.

Trabajar con cuero tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El principal inconveniente es, sin lugar a dudas, que si no tienes buena herramienta estás vendido. No es que no puedas trabajar, es que te va a tocar sudar y así nos sucedió. En primer lugar, aunque probé a ver si milagrosamente mi máquina cosía cuero, ella opinó que aquello lo iba a coser "su tía". El caso es que no lo cosió su tía, sino que ahí estuvimos Eneko y yo cosiéndolo manualmente. El segundo inconveniente que encontramos fue la dificultad de encontrar material para coser en Donosti. Imposible encontrar hilo encerado, milagrosamente conseguí agujas de punta de lanza (aunque Rhiwen me había enviado ya un par) y, en general, fue bastante costoso trabajar sin buena herramienta. Por otra parte, como el cuero no se deshilacha, ni presenta los problemas de caída ni de otras cosas que tiene la tela, es muy agradable trabajar con él. La verdad es que tengo muchas ganas de comprar más material y hacer más cositas. Por cierto que también nos resultó complicado encontrar serraje decente hasta que di con la tienda de David Curt por internet. Os la recomiendo mucho (ya pondré el enlace, pero lo podéis buscar en Google) porque ofrece muy buena calidad a un precio bastante adecuado. Venden por internet y el servicio es muy bueno, gente muy maja, de verdad.

A la hora de hacer la cuera, utilizamos el mismo modelo que había subido Elro en Una Pica para Gunther y que utilicé el año pasado para Rober. Sencillo, bonito y para toda la familia.


A la derecha me veis a mí en foto Tuenti testeando el producto, con la cuera en fase beta y bueno... con unas pintas que para qué comentaros. Como veis, las mangas son desmontables para poder llevarla de diferentes formas. Mis pantalones, como veis, son más abombachados que los de Rober y los de Eneko, esto dio mayor libertad al tiro y aguantaron mejor. Es una alternativa a lo de reforzar el tiro. En la foto de al lado me veis en pleno Drachen con Eneko, el alumno aventajado que me ha salido este año, jajaja. El mozo no había tocado en su vida una máquina y ahí se las vio tan tranquilo, poniendo cuellos, mangas y lo de más allá y la verdad es que con bastante buen resultado. Como veis, hicimos de hermanos por eso de justificar que habíamos comprado la misma piel y las mismas telas y que habíamos utilizado los mismos patrones (Eneko cosió sus prendas, pero con mis patrones, jajajaja) y en general íbamos bastante parecidos, jajaja. Completamos el atuendo con unas txapelas pre-carlistas (no preguntéis, de verdad, jajaja). Por ciertoooo nota mental: no llevar pantalones bombacho cortos sin llevar botas o polainas debajo. Queda... ehmm raro, jajaja.

Espero que os guste, un saludillo!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Rúnicos 2012: Dieselpunk y II Guerra Mundial

Entrada rápida, concisa y para toda la familia. La Segunda Guerra Mundial, el Diesel Punk los años 30 y 40 y el cine negro fueron la temática elegida para los Rúnicos de este último año. Es una temática que me pirra y para la que me fastidia mil no haber preparado mucha más ropita pero, como sucedió en los eventos anteriores, andaba mal de tiempo no, lo siguiente. Aunque me planteé hacer un par de casacas, una para Rober y otra para mí y un traje completo para mí, la cruda realidad fue que acabé haciendo en un pis pas la última semana una casaca para Rober y una falda para mí que acabé en cero coma.

No tengo fotos mejores (a ver cuándo engaño un día al bicho y lo uso de modelo) pero me quedé bastante contenta con la casaca (y él también, desde entonces me pide que le haga una para invierno, jajaja). Fue mi primer "encuentro serio" con el patronaje de este siglo, manda narices, a excepción de un trajecillo que me hice para un vivo de Cthulhu unos meses antes y del cual no tengo apenas fotos. El caso es que por aquel tiempo me daba un poco de respeto meterme con temas de patronaje moderno pero quedó bastante bien, a ver si os gusta:





Delantero y espalda de la casaca de Yazston en fase beta. Tuve que agradecer mucho a Rhiwen que me comprara y enviara telas de Tejidos del Centro, de Madrid, básicamente porque encontrar telas que se adecúen a lo que uno quiere y por precios normales es ciencia-ficción en Donosti, sigh.



A falta de algún que otro retoque, delantero y espalda de la casaca una vez terminada. Siento la mala calidad de las fotos, pero están hechas con el móvil, ejem.



Saqué muchas fotos durante las jornadas, pero luego perdí mi cámara y se acabó lo que se daba. Aquí tenemos a Yazston en el fotocall que hace Caballo, penita que no podían sacar en cuerpo entero. Como suelo decir en estos casos... un día de éstos engancharé al modelo y le sacaré unas cuantas fotos, pero todos sabemos que me da mucha pereza y a saber cuándo llega ese "día de éstos". Por lo demás y como veis, Yazston completó su traje con un gorro ruso que le habían traído sus amigos desde esas tierras y que le quedaba brutal.


Bueno, aquí con un amigo. Vaya gente rara que se apunta a estas jornadas...



Y aquí estoy yo con la falda que me hice. No es que se vea muy bien pero vaya, era un patrón sencillísimo y poquitas piezas, no sé si invertí una hora en ella (luego así iba, sin quitar los hilvanes, ya se sabe que en casa del herrero...). Ni siquiera me hice el gorrito de campaña que llevo, y eso que tenía toda la intención, porque no tiene nada y me habría quedado mucho mejor en gris, pero no hubo tiempo y usé el que compré en Bayona unos meses antes con la intención de sacarle el patrón. La camisa... pues rondaba por mi armario. Y por cierto, tenía unos zapatos la mar de monos y cómodos de tacón que tuvieron a bien desaparecer en el último momento (y no volver a aparecer hasta muchos meses después...), así que tuve que apañar con esos que llevo, anacrónicos es poco decir, aunque bueeeeno, el conjunto en general tampoco es muy canónico, jajaja.




Y esto ha sido todo por hoy. Un saludo y nos leemos en nada.