viernes, 19 de octubre de 2012

Kimonos para el Makimura

Por estas fechas hace ya dos añitos que nos fuimos al segundo Makimura, el rol en vivo basado en La Leyenda de Los Cinco Anillos organizado por Colesterrol. 

Nuevamente, y para no perder la costumbre, hicimos reparto de tareas entre mi prima y yo. Como suelo decir en estos casos, me gusta desentenderme del tema del atrezzo porque a fin de cuentas ella siempre lo va a hacer mejor. Esta vez le encargué una máscara y un tocado. Una y otro quedaron estupendos. No es lo único que se curró esta mujer para el vivo... la máscara de Yazston también es impresionante.  Además, hizo una máscara para Diego y otra para ella. La de Diego, además, se les rompió en pleno proceso de creación y supo aprovechar las grietas para conseguir un efecto realmente bueno.

Por mi parte, confeccioné un kimono para mí, otro para ella y parte de los trajes de Diego y Yazston. Lo cierto es que es bastante fácil encontrar kimonos muy chulos y a muy buen precio por internet. Ya se sabe... más sencillo, seguramente más económico pero... menos satisfactorio. 

El patrón de un kimono tradicional no tiene gran complicación, el gran secreto para hacer que resulte vistoso consiste en encontrar una buena tela (entiéndase por una tela que quede molona, concretamente esas mismas que, a la hora de coser, son "una mala tela"). En este sentido tuvimos una suerte increíble con los cuatro trajes. La otra opción, mucho más tradicional, sería la de pintar los trajes y tal, pero no tenía intención de ponerme a hacer experimentos de ese tipo, más que nada porque nunca me he puesto a ello y no tengo muy claro cómo me puede quedar. Dadme tiempo y unas telas que no os importe perder de vista para siempre jamás, jajaja.

Para Kurumi, mi Escorpión, quise hacer un traje en rojo/granate con un obi negro, pero me encontré con ese pedazo de tela rosa a un precio ridículo gracias a los ofertones de fin de verano y, aunque intenté escaquearme, no pude. Para el de Joel, acordé comprar tela en un tono verde oscuro sin mayor complicación, pero cuando vi la suya pensé que quedaría mucho más chulo y que a ella le iría muy bien y la verdad es que así fue. El kimono de Edurne sigue el patrón del modelo tradicional japonés. Todo a base de rectángulos, abreviando. El mayor problema que encontré fue a la hora de colocar el cuello, porque pensaba hacer como con el mío... cortar al bies la misma tela del kimono y colocarla del revés, pero no sobró tela suficiente. Al final compré una cinta de nylon que hizo las funciones de forma bastante digna. Fue una solución rápida, barata y tremendamente cómoda (mucho más que cortar y colocar la tela al bies, que lleva un ratillo).



El color le quedaba increíblemente bien a Joel. Pensaba que iría con su pelo rubio, pero con el pelucón negro que se plantó, casi le quedaba mejor. Estaba muy guapa, la maldita.

Mi kimono es un poco más "chino". Me apetecía que tuviera bastante más vuelo que los kimonos tradicionales. También estreché el principio de la manga, de forma que no salga directamente del cuerpo. Me gustó bastante el resultado, sobre todo por la vaporosidad de la tela que escogí ("ir con este vestido va a ser como ir en pelotas pero tapando las partes pudendas" fue el comentario que dije cuando observé el fresquillo del viernes noche... luego no fue tan grave).



Pues hala, ahí estoy con mi kimono, al final de la partida, posando con todas las participantes del torneo. Bardo me gruñó mucho por ir de rosa pero yo, personalmente, sigo enamorada de esa tela, jajaja.

Para Diego confeccioné en tiempo record dos piezas de kimono. Una chaqueta muy sencilla en color negro (me trajeron ellos las telas y resultó ser casi idéntica a la que yo había elegido para Rober) y otra superpuesta mucho más grande y para llevar abierta (siento la carencia de términos japonésidos para todo esto... internet está plagado, pero como a fin de cuentas hice una adaptación libre de vestimentas porque era Rokugan y no Japón... pues ancho es Edo). Debido a un fallo técnico (se llevaron de vuelta las telas que necesitaba para hacer cinturones y el cuello de la parte interior), no pude terminarlo como quería, aunque al final no quedó nada mal. Compré la misma cinta de nylon en negro para hacer su cuello. La única pena de haber elegido esta cinta es que no está cortada al bies, que habría quedado mejor (los bieses que había en la Casa de las Labores eran demasiado estrechos y, si no tienen ahí, no creo que exista en otra tienda en todo Donosti). En cualquier caso, también quedó muy bien en su chaqueta. Me encantó la tela que eligieron para la parte superior. Más gordita, con mucho peso, sobria pero elegante. Hubiera querido hacerle una hakama pero, debido a la falta de tiempo, no pudo ser. Afortunadamente tenía yo una por casa que no le iba nada mal y que utilizó durante todo el evento (aunque tenía un plan B a modo de faldita por si las moscas).

 

Modas Azelaïs presenta su colección "El olor de la flor del cerezo en el otoño de Rokugan". Coñas aparte... no tengo ni una puñetera foto de Diego con su traje él solito (y en ésta le falta la chaqueta de por encima), así que ya me estáis pasando alguna, malditos, jajajaja. Es lo que tiene llevar la cámara a ratos y no saber a quién has sacado ni cómo. Gracias a todos los sufridos modelos por dejarse hacer tantas pruebas, escuchar mis farfulladas sobre las películas malas que me ponéis y por confiar en Modas Azelaïs en sus buenos y en sus malos momentos, jajajaja. Poneros guapos a vosotros no tiene mérito.

Por último, puesto que fue el que más trabajo me supuso (en gran parte por la falta de tiempo diario para hacer cosas que tenía por esas épocas), está el de Rober. Me pidió que le hiciera una chaquetilla que había sacado del cómic Drifters, de Kohta Kitano.


La chaquetilla de Rober es una adaptación libre de la que veis en esta viñeta. Mi intención era hacerle un traje típico de samurái, pero me moló mucho que él prefiriera algo diferente. La idea me gustó mucho desde el principio.

Eligió él una tela muy chula en un rojo muy vistoso. Era una tela gruesa y con mucho cuerpo. Se deshilachaba como si no hubiera un mañana y no había forma de coser y que decidiera quedarse en su sitio. En resumen, habría sido un traje muy sencillo de hacer, pero me dio muchos problemas a la hora de coser la tela. Además, feliz de mí, como compramos mucha cantidad (porque cuando fuimos a comprarla yo no había visto aún lo que él quería y le había entendido algo diferente), decidí forrar la chaqueta con la propia tela, lo cual me trajo problemas adicionales, aunque he de decir que el resultado fue bastante bueno. A fin de cuentas, tiene mucho más cuerpo que si hubiera utilizado un forro de rasete o cualquier otro tipo de tela más fina y no queda tan acartonado como con la entretela. Sin embargo, como la tela me la estaba liando parda en las mangas, al final tuve a bien pasar de forrar las piezas de las mangas, a pesar de que ya las tenía cortadas. Finalmente las reforcé con entretela de la que se pega, a fin de cuentas, en las mangas sí me interesaba dar mayor rigidez. Por otra parte, separé las mangas del traje porque me gustaba más el efecto y, aunque en el cómic van abiertas y sueltas, en el mundo real es un poco más difícil que se coloquen místicamente como uno quiere cuando hace viento, tal y pascual, así que puse remaches y cuerdas para colocar correctamente las partes de las mangas. Por cierto, que cuando llevé a la zapatería el traje para remachar, también tuvieron problemas con la condenada tela, se ve que la carga el Demonio.


El resultado final... las mangas son 100% adaptación libre, pero me gusta bastante cómo quedó y Yazston se quedó contento, que es lo importante. En esta foto, además, podéis ver la máscara que le hizo Edurne. Es brutal. Ah, y una vez más... la katana del maestro armero Savo. Faltaría.

Por lo demás, completé el traje con una chaqueta interior similar a la de Diego. En este caso, eso sí, haciendo el cuello con la misma tela cortada al bies, por lo demás no tiene mayor historia. Eso sí, se me olvidó hacerle un corte en la espalda. No importó mucho porque la llevaba por dentro de la hakama, pero se lo haré cualquier día de estos por si la vuelve a utilizar y la quiere llevar de otra manera. Además de eso, hice un obi con la tela roja infernal (ya le dije que, para eso, le habría bastado con la fajica de San Fermín, jajaja) y poco más


Me quedé con las ganas de hacerle también una hakama.  No fue necesaria, en cualquier caso, porque la que tenía él quedaba muy bien con el conjunto y andábamos bastante justitos de tiempo, como digo, por esas fechas, tenía unos horarios del Averno...
Por cierto, que Diego terminó nuestros trajes (los de Joel, el suyo y el mío, que Yazston ya tenía) con unas getas estupendas de fabricación casera. Pena que, aunque quedaban muy chulas en las fotos, eran un poco incómodas de llevar... jus, pero las llevamos mientras pudimos porque eran lo más, jajaja. En cualquier caso, está hecho también un jefe ése cuando se arranca por ahí.

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