lunes, 15 de septiembre de 2014

Una de Magos

Después de un agosto algo más (no mucho más) tranquilo, este mes ando bastante pillada (para variar) entre encargos para otras personas y trabajitos para nosotros mismos. Los primeros encargos del mes vinieron de mano de Ion y de David, que me hicieron un par de encargos para El Despertar de Cyric, vivo al que no fuimos pero en el que se puede decir que estuvimos "en espíritu".

Ion ya me encargó hace un tiempo una túnica y hacía bastante que me comentaba que quería algo más para completar su traje de mago. Aprovechando este vivo, me encargó una camisa sencilla en color gris oscuro para que se pudiera ver bajo la túnica. Lamentablemente para mí, esta vez no hice ni fotos, se me pasó completamente. Lo mismo me pasó con las camisas que les hice a Elro y a Javi para ir de Lanskenetes. Soy un desastre y todos lo sabemos.

David me encargó una túnica de mago "para ir de chungo", así, tal cual. El tono tenía que ser rojo-granate. El diseño y el resultado lo dejó completamente a mi elección. Esto, como todo, tiene su lado bueno y su lado menos bueno. La parte mala es que cuando un cliente deja claro lo que quiere desde un primer momento, se sabe que cuanto más se acerque a lo que ha pedido, mas satisfecho va a estar, así que es casi ir a tiro hecho. La buena, que muchas veces me vienen ideas a la cabeza según veo tejidos y claro, una cosa es la idea que se tiene con tejidos básicos (paños, antelinas...) y otra es encontrar algo bonito y pensar "esto molaría si le hiciera tal y cual". De hecho, así fue como pasó, aunque con un cierto desajuste temporal, ejem. Me refiero a que encontré un tejido que me encantó aunque tenía bastante dibujo a modo de brocado y en un primer momento habíamos pensado en elegir un tono liso. A Rober también le gustó mucho, así que me dio bastante tranquilidad a la hora de confeccionar el traje (aunque al final siempre estoy con la cosilla de qué pensará el propietario de la prenda cuando la vea). Una vez comprado el tejido, aunque en un primer momento hablamos de hacer la túnica con forro sólo en la capucha, la tela transparentaba algo y tenía poco cuerpo, así decidí forrarla.

La complicación vino al cortar el traje y cambiar de idea respecto al modelo. Normalmente una túnica no debería dar mucho problema. He hecho ya tantas que prácticamente hago pocos cálculos, las corto todas de manera bastante similar. A veces le doy más ancho de mangas, o más vuelo y lógicamente ajusto la amplitud a cada persona, pero al ser una prenda que queda bien holgada, voy casi a tiro hecho. Suelo poner siempre la misma medida de sisa y las corto de una manera bastante similar. Sin embargo, en ésta se me cruzó el cable una vez cortada la tela, pensando que quedaría bien ajustarla en la parte superior, abriendo un vuelo amplio a partir de la cintura, para el cual corté piezas triangulares de la misma manera que hacemos con las sayas medievales. Hasta ahí, bien, el asunto fue que, al estrechar la parte superior y ajustarla para que se adaptara al cuerpo, tuve varios problemas con las sisas derivados de no haberlas cortado desde el principio atendiendo a cómo quería que quedaran. Esto hizo que tuviera que usar a Rober de conejillo de Indias de mala manera y que me tocara hacer un poco de modelaje por empecinarme en hacer cosas raritas en lugar de trazar las sisas y las mangas según el cuerpo base de caballero, pero así soy yo, oigan, y de todo se aprende en esta vida, jajajaja. Al final fue una gozada ver que la túnica que le quedaba a David como un guante. A esto se suma que al forrar la prenda, ganó bastante, porque cogió bastante cuerpo y le dio un movimiento muy bonito.

Una vez más y como estáis hartos de leer, no me gustan nada las fotos. Además, las saqué antes de coser los broches y los cantos de la túnica, pero menos es nada. Espero que os gusten :)

 























Teñí el forro de un color morado oscuro para que hiciera contraste con el granate de la tela. De forma experimental, probé a prolongarlo en el bajo de la manga para que hiciera un borde de forro de unos diez centímetros. Aunque no estaba segura de qué tal quedaría y pensaba quitarlo si no me convencía, el resultado me gustó bastante, así que lo dejé.



























En la foto de la izquierda podéis ver el detalle de las piezas triangulares para hacer un vuelo más marcado. En cualquier caso, después de una buena plancha, las costuras quedaban un poco más discretas. La foto de la derecha me gusta más, porque podéis ver el movimiento y el cuerpo que le dio el forro a la túnica, así como la forma ajustada que hacía sobre todo en la cintura y la amplitud del bajo. Eso sí, a la parte de arriba de la capucha le hacía falta ahí una plancha porque se ve arrugadilla. Sacar fotos es el mal y se come a los niños. Aparecen arrugas que luego no se ven en las prendas, jajaja.

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